Los miércoles salvajes, de Susana Hernández.
Samanta y Hugo, amigos desde la infancia en las duras calles de Ciudad Meridiana, en el extrarradio barcelonés, trabajan juntos en la empresa de seguridad propiedad de Hugo. Sam necesita dinero, mucho más dinero del que gana como escolta privada, para procurarle un tratamiento a su novio que padece una grave lesión medular desde hace doce años. Su amigo y jefe le propone un trabajo ilegal y muy bien pagado que los arrastrará a ambos al oscuro mundo del tráfico de medicamentos en un espiral de violencia y traiciones.
Los miércoles salvajes nos lleva desde las chabolas de Accra, en Ghana, donde Sirhan y Lewa luchan por conseguir medicinas que traten la diabetes tipo1 que aqueja a su madre, a los entresijos del tráfico ilegal de medicinas comandado por María y Joao, dos hermanos portugueses, y al frío y hermético universo de la industria farmacéutica.
Es una historia intensísima, demoledora y francamente buena. Exquisitamente buena, porque a la fuerza narrativa de la autora, a la que no le sobra una “coma”, se une un ritmo endiablado, unos personajes inolvidables y una denuncia social que te dejará boquiabierto en el mejor de los casos, porque sacude, estremece y no te da tregua.
(Kayenalibros.blogspot)
Una trama negra, frenética, como una sinfonía de escenas potentes y capítulos breves y dinámicos que cogen al lector de la pechera de principio a fin
(Antonio Parra Sanz, Diario La verdad Murcia)
Conocer a María, la portuguesa te cambiará la vida, pero también conocer a Sam, Hugo, Asier, Isaac, Joao o Felipe, cada uno a su manera te hará sentir, te montara en una noria de la que no saldrás indemne.
(Detintaenvena.blogspot)
Los miércoles salvajes se leerá con urgencia gracias a un ritmo imparable, a una disposición impecable y a una trama suculenta.
(Abrir un libro)